Un año.
Un año entero ha pasado desde que aterricé en España desde Baviera cargada de preocupaciones y esperanzas con respecto a mi hijo de 3 años. Estuve tan sumamente liada y cansada que no tuve tiempo de escribir ni una simple entrada en el blog.
Un año con todo un camino extremadamente incierto por delante. Exhausta tras unas oposiciones. Con un trabajo (al que adoro, eso sí, menos mal) a hora y pico de camino de casa, con una hija que no se adaptaba a un nuevo colegio español y a la que tuve que buscarle profesores particulares para finalmente terminar cambiándola de centro; con unos horarios nefastos que tuve que elegir para adaptarlos a los dos trabajos de mi marido, almorzando todos los días a las 16:15 o comiendo en el coche para pocos minutos más tarde volver a coger el coche y encaminarme a las terapias de mi hijo. Una búsqueda de especialistas, médicos, logopedas, de que el colegio escuchara mi petición de necesidades especiales de mi hijo, de mi súplica ante Delegación de que lo admitieran en el comedor del colegio como parte de su terapia a la hora de comer (increíble que los niños con discapacidad no obtengan plaza en comedores escolares). Tutorías, médicos, orientadores, incertidumbre. Vuelta a casa con una mudanza de dos años encima. Vuelta a Sevilla, a los atascos, al ruido, a veces a la mala educación a la que me había desacostumbrado muy pronto en mi casa de los Alpes.
Un año.
Por una parte me alegro, porque podré contar las cosas con perspectiva y objetividad. Y si algo tengo claro es que este blog sólo pretende ser sólo uno más, contando únicamente mi experiencia y lo mejor que he intentado actuar como madre, una ayuda a padres como yo, porque más desorientada que estuve, a pesar de creerme yo muy lista y muy preparada académicamente, es difícil.
Este blog es un 50% para padres con niños TEL y otro 50% para niños TEL. Por este orden, sí. Porque si de algo me he dado cuenta es que cuando mejor he estado yo, mejor ha estado mi hijo y más positivamente ha evolucionado.
Está muy bien que nos centremos en mejorar a los niños...Pero también nosotros necesitamos consejo y mucha energía.
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