lunes, 24 de julio de 2017
Y de Alemania...Llegué a Holanda....
Os contaré que yo en Alemania vivía en un pueblecito de los Alpes bávaros, con lago y montañas nevadas, más hermoso que el de Heidi, en una casita de madera con chimenea. Era inmensamente feliz porque el ritmo de la vida se detenía sólo al escuchar de lejos al tren y los tintineos de las campanas de las vacas que pastaban cerca.
Yo no quería volver a España, y menos a Sevilla. Yo quería hacerme viejecita allí. Me había hecho de grandes amigos además. Sevilla es bella, pero caótica, en ocasiones incívica y a veces sucia, pero allí todo era verde, idílico, limpio, ordenado.
Yo volvía una tarde de la Volkshochschule, de impartir mis clases de español. A mis alumnos les había encantado la clase de "ME GUSTA" con la canción de Manu Chao, al terminar todos cantábamos y nos quedamos 15 minutos más, reían mucho con lo de la vecina y la colombiana y se escandalizaban entre risas con la referencia a la Marihuana. Aporrearon con sus puños los pupitres (ya sabía que aquello era aplaudir en aquel país) y yo me sentía tan inmensamente dichosa...Tanto, que tras despedirme iba caminando mirando al suelo, observando la nieve muy feliz, atardecía con aquel rosa azulado maravilloso que sólo existe en lugares así...
Escuché el móvil, tenía 15 llamadas perdidas de mi marido. Sabía que había ido a la pediatra junto a la profesora de la Kinderkrippe porque querían que vieran al niño, ya que su comportamiento era algo extraño según ella y no hablaba apenas...
Recuerdo la cuesta hermosa del caminito de la nieve, con las ramitas llenas de blanco y al contestar el teléfono mi marido me dijo muy serio.... "Al parecer nuestro hijo tiene AUTISMUS".... (Fue su primer diagnóstico)
Me quedé parada, y pensé en Chiqui (eso me dio ánimos). Mi corazón latía muy fuerte....De repente me llené de lágrimas y me acordé de que un año antes había leído un artículo llamado BIENVENIDOS A HOLANDA de Pearl Kingsley. (Dejo el fragmento, todo papá con niño/a con dificultad debería leerlo..).
Mientras mis pies pisaban el camino con dificultad, mi alma aterrizaba en Holanda mientras mi mente pensaba "Es todo por mi culpa".... (Continuará)
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BIENVENIDOS A HOLANDA
A menudo me piden que describa la experiencia de criar a un niño con una discapacidad, que intente ayudar a la gente que no han compartido esa experiencia única a imaginar cómo se sentirían. Es así...
Cuando vas a tener un bebé es como planear unas vacaciones fabulosas en Italia. Compras un montón de guías y haces tus maravillosos planes. El Coliseo. El David de Miguel Ángel. Las góndolas de Venecia. Puede que aprendas algunas frases útiles en italiano. Es todo muy emocionante.
Después de meses de ansiosa anticipación, finalmente llega el día. Preparas tus maletas y allá vas.
Varias horas más tarde el avión aterriza. La azafata viene y dice: "Bienvenido a Holanda".
- ¿Holanda? - dices -. ¿Cómo que Holanda? Yo me embarqué para Italia. Se supone que estoy en Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia.
- Pero ha habido un cambio en la ruta de vuelo. Han aterrizado en Holanda y aquí se debe quedar.
Lo importante es que no te han llevado a ningún lugar horrible, asqueroso y sucio, lleno de pestilencia, hambruna y enfermedad. Simplemente es un sitio diferente.
Así que tienes que salir y comprarte nuevas guías. Y tienes que aprender una lengua completamente nueva. Y conocerás a un grupo entero de gente que nunca habrías conocido.
Simplemente es un sitio diferente. Camina a un ritmo más lento que Italia, es aparentemente menos impresionante que Italia. Pero cuando, después de haber estado un rato allí, contienes el aliento y miras alrededor, empiezas a notar que en Holanda hay molinos de viento. Holanda tiene tulipanes. Holanda tiene incluso Rembrandts.
Pero todo el mundo que conoces está muy ocupado yendo y viniendo de Italia y todos presumen muy alto de qué maravillosamente se lo han pasado en italia. Y, durante el resto de tu vida, dirás "Sí, ahí era donde se suponía que yo iba. Eso es lo que había planeado."
Y ese dolor nunca, nunca, nunca, se irá, porque la pérdida de ese sueño es una pérdida muy importante.
Pero si te pasas la vida quejándote del hecho de que nunca llegaste a Italia, puede que nunca tengas libertad para disfrutar de las cosas, muy especiales, maravillosas, de Holanda.
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