Este post va dedicado a todos los niños como Marco, un niño TEL, pero también va por todos los niñas y niños que tienen alguna condición o trastorno que hacen que requieran ayuda profesional.
Tras obtener el diagnóstico (vuelvo a recordad que hasta los 6 años nada es definitivo) se levantó ante mí una quimera de preocupaciones, angustia y desasosiego que no sólo me produjo una hondísima desazón y ansiedad (de ello hablaré en otro post) pero sobre todo sentí la perentoria necesidad de darle a mi hijo lo mejor y buscar todos los recursos y ayudas posibles para él.
Afortunadamente, por mi trabajo puedo permitirme cualquier tipo de terapia necesaria, pero tengo la extraña sensación de que sobrecargué a un niño de 3 años. Si bien es cierto que la intervención temprana es fundamental, os confieso como madre que tengo la mala conciencia de que LO SATURÉ.
Con 3 años Marco recibía 2 horas de terapia de logopedia, 1 de psicología, 1 de logopedia en el Centro de Atención Infantil Temprana, y 1 de logopeda más privada, sin contar con las 2 del colegio y 1 de Pedagogía en su colegio. Marco se pasaba todas las tardes montado en el coche de arriba a abajo. Yo vivo en un lugar rodeado de parques y él miraba a los otros niños y me los señalaba triste sin poder expresar lo que yo sabía que quería decir. Como madre yo pensaba, "primero hay que arreglar tu problema de comunicación, ya tendrás tiempo de jugar mi vida".
En las III Jornadas TEL de Andalucía organizadas por ATELSE el maravilloso profesor Saldaña recibió en el turno de preguntas la mía: al margen de que es evidente la necesidad de intervención de logopedia y psicología etc ¿está comprobado que un niño TEL mejora su comunicación en relación proporcional al número de sesiones que recibe? porque tengo la sensación como madre de que le estoy robando su infancia ¡apenas tenemos tiempo para ir al parque!. Me encantó su respuesta sincera: no hay estudios que certifiquen que haya proporción entre la mejora en la comunicación y el número de sesiones y evidentemente es bueno que el niño vaya a un parque a poner en práctica lo aprendido.
Yo he llorado muchas tardes mientras conducía viendo a los otros niños jugando felices en el parque mientras mi hijo los contemplaba también y permanecía callado inmóvil atado a una sillita de coche. Íbamos camino de sus terapias. Yo siempre le tenía sesión divertida en el coche con canciones y poemas cortitos, pero no, señores, no era lo mismo.
Y sí, YO CONFIESO: es algo que aún no he superado. Se me puede decir que hay otros momentos, pero el invierno es largo y a las 17:00-18:00 anochece. Cuando he podido llevarlo, evidentemente con mucha menos frecuencia que el resto de los niños de su edad, yo lo veía feliz, pero también notaba que él se sentía más seguro con adultos (porque es a lo que está acostumbrado).
Desnudo mi alma, como siempre hago aquí, se trata de una pequeña reflexión como madre.
Hola, que verdad, mi hijo cumplió en diciembre los 4 años, y éste curso está con 6 sesiones más una de música. A mi me tranquiliza que en las dos sesiones de atención temprana se que lo pasa superbien porque a la vez juega con otros niños. En las otras 2 sesiones que tiene con otra logopeda se lo pasa pipa, porque entra y sale superfeliz y yo le escucho desde fuera cantar y jugar. Y en las dos sesiones del cole no lo veo pero está contento también. La pena que me da es que muchas veces nos dice que esta cansado, incluso pregunta si ya es de noche para ir a casa a bañarse, cenar y dormir nana. Es más, prefiere quedarse en casa jugando con papá y mamá, porque se ve que de lo que está cansado es de tanta calle.
ResponderEliminarGracias por el blog, te leo y es como si yo me desahogara.
Gracias y un beso fuerte.
Gracias por leerme y también por compartir tu experiencia. Un beso enorme para ti.
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